Ayer por la noche , asistiendo al funeral de un gran amigo, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, parroquia de San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de los Padres Mercedarios, donde yo estudié. Reflexionaba sobre los símbolos que no valoramos pero que constituyen una parte esencial de nuestra vida.
Empecé a recordar cuáles eran los elementos claves de la misión mercedaria. Los frailes pronunciaban cuatro votos: pobreza, castidad, obediencia y un cuarto muy específico, por el que se obligan a entregarse como rehenes para la liberación de los cautivos si no obtenían el dinero necesario para su rescate. Cuando la orden se funda, los cautivos rescatados por los mercedarios provienen básicamente de las luchas peninsulares entre cristianos y musulmanes, pero con la finalización de la Reconquista, la orden halla un nuevo filón en las víctimas de la piratería turca y berberisca.
Actualmente, los mercedarios se emplean a fondo en las llamadas “nuevas formas de cautividad”, refugiados, exiliados, inmigrantes, prisioneros, “meninos de rua” en Brasil, y de aquellos que están faltos de libertad o cuyos derechos fundamentales son conculcados.
La Virgen de la Merced, patrona de Barcelona, de todos los barceloneses desde el Siglo XIII, cuando se le nombra Patrona de la ciudad es recordada todos los años, al menos un día. El Padre Gaver, en el 1400, relata como La Virgen llama a S. Pedro Nolasco en el año 1218 y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación. De ahí se genera la orden de la Merced, con la misión de liberar al oprimido, al cautivo, el 10 de agosto de 1218 en la Catedral de Barcelona, en presencia del Rey Jaime I de Aragón y del Obispo Berenguer de Palou.
Recordar todos estos valores que nos fueron inculcados en nuestra niñez ,siendo uno de estos valores el respeto a uno mismo y a los demás. A saber defender tus ideas y respetar las del otro… Volver a traer a nuestra realidad diaria esta misión y liberar al cautivo del miedo a no poderse expresar en libertad, a reclamar ayuda y comprensión a su miedo , a saber perdonarse su propio miedo,… a tener el coraje , la valentía de poder dar testimonio de la libertad frente a aquellos que enarbolando una falsa bandera hacen callar a una mayoría y les hacen pensar que están solos, desamparados y que su cautividad jamás verá final, cayendo en el «matrix» de un futuro lleno de falsas promesas.
Pero existe la esperanza, construida por todos aquellos que desde lo más profundo de su corazón acogen su libertad. Busquemos a un nuevo Pedro Nolasco dentro de cada uno de nosotros, en nuestra época, para llevar a cabo esa redención, ese testimonio que explique con claridad que no es humano vivir en cautividad aunque se nos haya olvidado qué significa ser libres.

